COMENZAMOS EL 20 / 5 / 2012

domingo, 16 de agosto de 2015

Siete tipo de corredores ¿Qué clase eres tú?

Cada día hay más corredores en el mundo, de eso no hay discusión alguna.
El running crece, las carreras populares también y las personalidades de los corredores demuestran ciertas diferencias interesantes.
A partir de allí podemos ver determinados tipos de corredores, con algunas características, gustos y hábitos de entrenamiento especiales.
A continuación, te mostramos siete tipo de corredores y te contamos qué los caracteriza y te damos algunos consejos para que apliques a tus entrenamientos.

1) Corredores “LABORIOSOS”

Descripción:

Son los típicos corredores que machacan entrenando, todo les parece poco

Recomendación:

Como son adictos a la sensación de sufrimiento constante, controlar la ansiedad es esencial para evitar lesiones. Deberían hacer el trabajo de intensidad al final de las sesiones de entrenamiento, para así tener la sensación de haber trabajado duro toda la sesión.

Ejemplo de entrenamiento ideal:

60 minutos  de carrera en el que en los últimos 10 minutos se hagan 2 minutos a ritmo de 10 km y 30 segundos de trote suave.

2) Corredores “NOVELES”

Descripción:

Llevan muy poco tiempo corriendo, son unos inexpertos y todo les resulta nuevo en este deporte.

Recomendación:

Su gran entusiasmo de principiantes, les hace entrenar más días de la cuenta o más rápido de lo que deberían. Básicamente, cometen algunos errores que pueden lesionarlos

Ejemplo de entrenamiento ideal:

Entrenamiento de series en escaleras para ganar fuerza: 8 x 30-40 segundos subiendo escaleras muy rápido seguido de la pertinente bajada y un descanso que consistirá en estirar cuádriceps y gemelos.

3) Corredores “SISTEMÁTICOS”

Descripción:

Son los típicos corredores metódicos que controlan todos los aspectos del entrenamiento y cumplen al pie de la letra lo que dice su plan de entrenamiento.

Recomendación:

Cumplir con el plan de entrenamiento es importante, pero caer en la monotonía, la falta de variedad y la rigidez absoluta no es recomendable.

Ejemplo de entrenamiento ideal:

Rodajes grupales con otros compañeros en los que no tengan que programar los entrenamientos y se dejen llevar por el grupo, buscando romper un poco su sistematización y posible estancamiento.

4) Corredores “TORNADIZOS”

Descripción:

Aquellos corredores que tienen altibajos en el seguimiento de sus rutinas de entrenamiento, contrastando los periodos que entrenan más de la cuenta, con los que se pasan unos cuantos días sin correr.

Recomendación:

Intentar respetar una rutina de entrenamiento que no sea muy exigente para así poderla seguir todo el año y no tener esos desagradables altibajos.

Ejemplo de entrenamiento ideal:

Rodaje flexible de entre 20 y 50 minutos y dependiendo de cómo te encuentres de sensaciones te acercarás más al tope o te quedarás en el límite.

5) Corredores “OBCECADOS”

Descripción:

Son aquellos corredores obsesionados con entrenar como si no hubiera nada más importante en la vida. Tener metas y objetivos es bueno, obsesionarse con ellos no tanto.

Recomendación:

Deberían restringir la duración de los entrenamientos si es que van a entrenar todos los días.

Ejemplo de entrenamiento ideal:

Como sustituto de un trabajo de series hacer 35 minutos de carrera alternando 6 minutos de rodaje progresivo acabando muy fuerte, y 1 minuto andando.

6) Corredores “DESORDENADOS”

Descripción:

La anarquía campa a sus anchas en todos los entrenamientos y siempre corren por sensaciones y según les apetezca sin seguir ningún tipo de entrenamiento establecido.

Recomendación:

Llevar un pequeño control de los entrenamientos realizados y por ello sería interesante registrar lo que se corre en un diario personal ya sea a papel o en el ordenador, lo cual ayudará a tomar consciencia de los entrenamientos realizados y ayudará a ser menos anárquico.

Ejemplo de entrenamiento ideal:

Rodaje con música que sea motivante, cambiando de ritmo al compás de las canciones.

7) Corredores “MANÍACOS”

Descripción:

Sus manías les hace que perder mucho tiempo y esfuerzo, que podrían emplear en entrenar mejor.

Recomendación:

Intentar dejar de lado las manías, para lo cual habrá que hacerlas conscientes, ello permitirá centrar la atención en lo verdaderamente importante de los entrenamientos y la competición.

Ejemplo de entrenamiento ideal:

Si lo que se detesta es pisar las rayas de las baldosas, se puede hacer semanalmente entrenamientos en los que se incluyan series de técnica que impliquen obligatoriamente pisar las rayas de todos los baldosines de una recta de 50-100 m para así trabajar una mayor frecuencia de zancada.


martes, 7 de abril de 2015

La gran estupidez del corredor

Errores en la alimentación, entrenamientos y carreras, son habituales para cualquier corredor. Nadie es perfecto, todos cometemos errores, y los corredores no están exentos.
Sin embargo, una cosa es cometer un error y otra cosa muy diferente,  es cometer una y otra vez una verdadera estupidez.
A continuación te contamos cuál es la gran estupidez del corredor y te invitamos a contarnos ¿tu has caído en este grave error?

LA GRAN ESTUPIDEZ DEL CORREDOR

Tener un plan de entrenamiento y cumplirlo, es muy importante para obtener los resultados que cada corredor se plantea.
Dentro de ese plan de entrenamiento, algunos de los factores que mas preocupación suele generar en los corredores, son la frecuencia y el volumen de entrenamientos.
Estos dos factores refieren a dos datos vitales para un corredor: qué tan seguido correr y cuantos kilómetros correr en cada uno de sus entrenamientos.
Si tienes un plan de entrenamiento adecuado para tus antecedentes como corredor y objetivos, deberá existir una relación entre estos factores y la distancia para la que te preparas.
Así, la frecuencia, el volumen (y la intensidad) no suele ser la misma en un corredor que se prepara para un maratón o para un 10k. Estos valores, tampoco son iguales entre diferentes tipo de corredores que se preparan para una misma distancia (no es lo mismo un corredor de 10k de 40 minutos que uno de 60 minutos).
Ahora bien, aunque tengas un plan de entrenamiento correcto y estés trabajando adecuadamente para cumplirlo, a veces es difícil escaparse a las molestias y/o lesiones.
Ante ellas, es cuando llega uno de los momentos mas difíciles para un corredor y donde una gran mayoría cae en lo que llamamos “la gran estupidez“.
La gran estupidez del corredor consiste en intentar continuar entrenando y cumpliendo con un plan de entrenamiento pese a una molestia que aumenta y que termina convirtiéndose en una lesión de importancia. 
Aunque parezca una obviedad, este error que es verdaderamente una estupidez, es repetido una y otra vez por corredores que se niegan a tomarse un descanso de 1 o 2 días y prefieren continuar corriendo con dolores o molestias que le impiden moverse con naturalidad.
El resultado final de este grave error, suele ser una lesión que obliga al corredor a tomarse un “descanso” mucho mas largo de lo que hubiera sido si hubieran parado a tiempo.
El dolor es la señal que te entrega tu cuerpo indicándote que algo no está bien, ya sea en forma previa a la producción de una lesión o cuando la misma se ha producido.
No escucharlo es un grave error y las chances de aumentar los daños son elevadas, lo mejor que puedes hacer como corredor es escuchar todas las señales que nuestro cuerpo nos da en cada kilómetro que corremos, si hay dolor detente.
Nunca hay que confundir el trabajo duro, con superar los límites de tu cuerpo y llegar a lesionarte.
Aunque hay determinadas molestias y/o lesiones que pueden ser curadas sin tener que dejar de correr (aquí hablamos de ello), hay otras que exigen tomarse un tiempo de descanso y/o de disminución significativa del volumen, frecuencia e intensidad de los entrenamientos.
Tener la habilidad y la cabeza fría como para decidir suspender y/o modificar un entrenamiento por una molestia, es vital para el éxito a largo plazo de un corredor.
De poco sirve cumplir con un entrenamiento exigente con dolor, para luego estar parado 1 mes por lesión; cuida tu cuerpo y mejorarás los rendimientos.


miércoles, 18 de marzo de 2015

Cinco consejos para que tus zapatillas no aumenten el riesgo de lesionarte

Sin dudas, una de las mayores premisas al correr, debería ser mantenerse sano y libre de lesiones.
Si hay algún accesorio que puede colaborar con el cuidado de la salud en el running, son las zapatillas: mientras más sanas estén, más sanos nos mantendrán.
Para un corredor, son sin duda, la prenda más importante a la hora de vestirse para entrenar, ya que pueden repercutir en el rendimiento y la salud.
Por ello, a continuación te daremos algunos consejos para que tus zapatillas sean tus aliadas y no contribuyan a la aparición de lesiones.

CONSEJOS PARA QUE TUS ZAPATILLAS NO TE LESIONEN

1.- NO OLVIDES ATARLAS

Para empezar con el pie derecho, es esencial que te ates las zapatillas correctamente, de manera de evitar que tus pies se muevan exageradamente dentro de ellas.

Toda la tecnología con la que cuenta el mejor calzado, pierde su función en una zapatilla floja. La estructura está diseñada, para ir siempre, en pleno contacto con el pie.
Al correr tus zapatillas deberían estar lo suficientemente ajustadas para reducir el movimiento interno, pero siempre con el espacio necesario para que con el avance del entrenamiento o carrera, y el aumento del tamaño de tus pies, el calzado siga sujeto sin generar demasiada presión.
Correr con zapatillas demasiado flojas, puede generar fricciones en tus pies y causar ampollas o uñas negras (también pueden ser producidas por zapatillas demasiado ajustadas).
Pese a que este tipo de molestias no son graves, pueden afectar tu técnica de carrera,  y aumentar el riesgo de lesionarte.

2.- CONTROLA LA SUELA

Todas las zapatillas tienen suelas que te ayudan a correr de forma segura (evitando que pisar algún elemento en la calle pueda dañarte) y andar más cómodo.
Con la suma de kilómetros, es inevitable que la suela (y el resto de los materiales) de las zapatillas se vean afectados.
Según como sean tus patrones de pisada, algunas zonas de tus zapatillas se verán mucho mas dañadas que otras, lo que puede acentuar disbalances musculares que deberías corregir.

3.- MAS DE UN PAR

Pese a que no hemos encontrado pruebas científicas de ello, son muchos los corredores que afirman que las zapatillas necesitan un periodo de descanso luego de un entrenamiento, para volver a su estado original y brindar sus prestaciones plenamente.
Por ello, tener al menos dos pares de zapatillas simultáneos, permite intercalarlos, dando mayor cantidad de tiempo entre un uso y el siguiente.
Así también, se puede aprovechar para disponer de un par más liviano, para entrenamientos rápidos y uno más pesado y cómodo, para entrenamientos largos.

4.- USO ESPECÍFICO

Utiliza tus zapatillas de correr, para el uso específico para el que fueron creadas: correr.
Utilizar para uso cotidiano o incluso para otros deportes, el calzado diseñado para running, acorta la vida útil del mismo.
Lo ideal es disponerlo sólo para entrenar y luego dejarlas en un lugar ventilado, esperando la próxima corrida.

5.- LAVADO

Aunque probablemente no sea lo mas higiénico, evita lavar tus zapatillas (hazlo solo en casos extremos, como excesivo barro).
Nunca laves tus zapatillas en el lavarropas, por mas corto que sea el ciclo de lavado, ademas de excesivo para higienizar tus zapatillas es dañino para ellas.
De ser indispensable realizar el lavado, se debe hacer a mano, retirando previamente las plantillas y los cordones, los cuales se lavarán por separado.
Es importante que intentes mojar lo menos posible el calzado y siendo muy cuidadoso con el secado, este debe ser a la sombra y lejos de fuentes de calor. Para acelerar el mismo, se pueden introducir bollos de papel de diario, dentro de la zapatilla, para absorber la humedad.
El lavado excesivo y el secado con calor, aflojan la estructura, pudiendo generar un daño permanente.

LA VIDA ÚTIL

Todo tiene su ciclo, las zapatillas también. A medida que se suman los kilómetros los materiales del calzado se van resintiendo, hasta que pierden sus beneficios.
La duración de tus zapatillas, depende de diversas variantes, el tipo de construcción, el peso del usuario, la técnica de carrera, la superficie sobre la que se corre, y también, en gran medida, la distancia recorrida (entre 800 y 1.200 kilómetros aproximadamente).
Aunque son pocos los que controlan este número, es importante observar el desgaste en la zapatilla en las zonas vitales: la suela y los laterales del talón. Si se observa la suela muy lisa, o bien las paredes del talón arrugadas, es momento de retirarlas de la actividad.
Así también es fundamental “sentir” la pisada y reconocer cuando las prestaciones ya no son las mismas. No es conveniente guiarse por el desgaste de la capellada o cobertura de la zapatilla, ya que esta, principalmente en las buenas zapatillas, suele tener una larga vida útil, y aún cuando el calzado no se nota deteriorado desde una vista superior, el desgaste ya puede estar hecho en su base. Ahí sí, es un buen momento para darle una profunda limpieza y dejarlas lista como zapatillas de uso cotidiano, jubilándolas del running.
Correr es una actividad de pleno contacto con la tierra, los pies trazan una charla paso a paso con las distintas superficies a medida que transcurren los kilómetros, y el único intermediario en ese dialogo son las zapatillas. Estando en condiciones óptimas, otorgaran una comunicación plena en cada pisada.

4.- USO ESPECÍFICO

Utiliza tus zapatillas de correr, para el uso específico para el que fueron creadas: correr.
Utilizar para uso cotidiano o incluso para otros deportes, el calzado diseñado para running, acorta la vida útil del mismo.
Lo ideal es disponerlo sólo para entrenar y luego dejarlas en un lugar ventilado, esperando la próxima corrida.

5.- LAVADO

Aunque probablemente no sea lo mas higiénico, evita lavar tus zapatillas (hazlo solo en casos extremos, como excesivo barro).
Nunca laves tus zapatillas en el lavarropas, por mas corto que sea el ciclo de lavado, ademas de excesivo para higienizar tus zapatillas es dañino para ellas.
De ser indispensable realizar el lavado, se debe hacer a mano, retirando previamente las plantillas y los cordones, los cuales se lavarán por separado.
Es importante que intentes mojar lo menos posible el calzado y siendo muy cuidadoso con el secado, este debe ser a la sombra y lejos de fuentes de calor. Para acelerar el mismo, se pueden introducir bollos de papel de diario, dentro de la zapatilla, para absorber la humedad.
El lavado excesivo y el secado con calor, aflojan la estructura, pudiendo generar un daño permanente.

LA VIDA ÚTIL

Todo tiene su ciclo, las zapatillas también. A medida que se suman los kilómetros los materiales del calzado se van resintiendo, hasta que pierden sus beneficios.
La duración de tus zapatillas, depende de diversas variantes, el tipo de construcción, el peso del usuario, la técnica de carrera, la superficie sobre la que se corre, y también, en gran medida, la distancia recorrida (entre 800 y 1.200 kilómetros aproximadamente).
Aunque son pocos los que controlan este número, es importante observar el desgaste en la zapatilla en las zonas vitales: la suela y los laterales del talón. Si se observa la suela muy lisa, o bien las paredes del talón arrugadas, es momento de retirarlas de la actividad.
Así también es fundamental “sentir” la pisada y reconocer cuando las prestaciones ya no son las mismas. No es conveniente guiarse por el desgaste de la capellada o cobertura de la zapatilla, ya que esta, principalmente en las buenas zapatillas, suele tener una larga vida útil, y aún cuando el calzado no se nota deteriorado desde una vista superior, el desgaste ya puede estar hecho en su base. Ahí sí, es un buen momento para darle una profunda limpieza y dejarlas lista como zapatillas de uso cotidiano, jubilándolas del running.
Correr es una actividad de pleno contacto con la tierra, los pies trazan una charla paso a paso con las distintas superficies a medida que transcurren los kilómetros, y el único intermediario en ese dialogo son las zapatillas. Estando en condiciones óptimas, otorgaran una comunicación plena en cada pisada.


RUNFITNERS



domingo, 1 de marzo de 2015

Primer carrera: cinco dudas típicas



La primer carrera de un corredor amateur, suele llegar más temprano que tarde, después de los primeros trotes, incluso a veces como incentivo para empezar a entrenar.
Como todas las primeras veces, tu primer carrera será inolvidable y, si logras disfrutarla plenamente, es probable que puedas terminar de generar un vinculo eterno con el running.
Por ello, para que logres tener un exitoso debut en el mundo de las carreras y el running, te recomendamos que leas los siguientes consejos.

1.- ¿CUANDO?

Este interrogante atiende a dos preguntas muy distintas: la primera ¿en que época del año? y la segunda ¿cuán entrenado se debe estar para debutar?
En cuanto a la primer pregunta, lo ideal sería debutar con un clima benévolo, por lo que la primavera y el otoño aparecen como las mejores estaciones.
Aunque las  temperaturas mas frías son ideales para obtener los mejores rendimientos, para un corredor debutante, es mucho más importante que el clima sea cómodo para disfrutar todo el evento (la previa, la carrera y la celebración final).
En cuanto a la segunda pregunta, dependerá mucho de cada persona y de la distancia en la que participará.
Como regla general, no deberías participar de una carrera sin tener entre tres y seis meses de entrenamiento previo (para distancias inferiores a los 10k).
Los entrenamientos constantes semana a semana, formarán una base sólida para disfrutar plena y saludablemente de la carrera.
Esperar un tiempo prudencial da lugar a disfrutar más los entrenamientos y comprender mejor el propio cuerpo.

2.- ¿COMO?

El gran objetivo en la primera experiencia, debería ser disfrutar y para ello una carrera bien gradual, de menor a mayor, no arriesgando nunca, sino por el contrario, siendo prudente en demasía, será la mejor táctica.
Largar rápido, a un ritmo imposible de mantener todo el recorrido, puede convertir una fiesta en un calvario.
En la primer carrera, siempre es preferible quedar con la sensación de que se pudo hacer un poco más, y guardar ganas para la segunda, a pedir por favor que se acabe y jurar nunca más largar otra.
Es muy común contagiarse de la energía general y salir los primeros kilómetros por encima de las posibilidades, retener esas ansias de los pasos iniciales logrará agregarle mayor disfrute a los últimos.

3.-¿QUÉ DISTANCIA?

Así como el ritmo debe ser de menor a mayor, lo mismo sucede con las distancias.
Es muy común, caer en la excitación general, de querer correr ya las mayores distancias, pero es un estimulo a muy corto plazo, se llega demasiado rápido, quizás en menos de un año a correr una media maratón (21 km) y, siendo osado, en poco más a una maratón completa (42 km).
El gran problema que se presenta hoy, es que demasiadas personas creen que terminar los 21k o 42k destruidos físicamente, es mucho mas valioso que terminar un 10k en buenas condiciones y buenas marcas.
De hecho un corredor de 100 metros llanos no disfruta menos que un maratonista. Un runner que está abriendo sus primeros caminos, bien puede debutar en distancias entre 4 y 8 kilómetros (los 10k puende ser excesivos para una primera vez). Paradójicamente, pequeños pasos llevan mucho más lejos que grandes zancadas.

4.-¿CON QUIEN?

El running puede ser un deporte sumamente social, no sólo para entrenar, sino también para competir.
La primer carrera es un gran cúmulo de nuevas sensaciones, poder compartirlas, incluso ser guiado por alguien de mayor experiencia, es un gran acierto.
Sólo hay que ser consciente del ritmo propio a la hora de correr, escuchar al cuerpo y no a los amigos, que seguramente tendrán ritmos distintos, más rápidos o más lentos.
Luego de cruzar la línea, todos podrán reencontrarse, y lo harán más alegres si cada uno respetó sus sensaciones de velocidad.

5.-¿DONDE?

Para evitar sorpresas o complicaciones, como en todos los casos hasta ahora, es mejor ser conservador.
Elegir eventos que ya hayan mostrado una buena organización durante varias ediciones, ni muy chicos, ni muy grandes.
Preocuparse por que tengan un buen cuidado del corredor; cobertura médica, un circuito bien cerrado al tráfico, calles amplias, presencia policial. Son precauciones que muchas veces pasan desapercibidas pero protegen lo más importante a la hora de correr, la salud.
El abanico de recomendaciones es mucho más amplio, lo seguiremos repasando en otras oportunidades, pero casi todo se puede resumir en “disfrutar sanamente de correr”, con esa premisa, la felicidad de la primer carrera será sin duda inolvidable.

lunes, 12 de enero de 2015

Cómo conocer tu marca en cualquier distancia

Os damos una referencia con la simple ayuda de una calculadora, con formulas sobradamente probadas, que, por supuesto, no dejan de ser teóricas.

Tomemos como referencia una prueba de 5 kilómetros. El resultado lo multiplicas por 2,078 y te sale la marca que podrías lograr en un “diez mil”. Otra regla más sencilla es doblar el tiempo sobre cinco kilómetros, añadirle un minuto y, de la resultante, obtener tu mejor marca probable en 10 km.

Igualmente si esa marca sobre 5.000 metros la divides entre 3,75 te surge el registro que podrías lograr en una carrera de 1.500 metros, y si la de 1.500 m la divides por dos, tienes tu posible marca en 800 metros.

Pero vamos a las pruebas de fondo que son, probablemente, las que más nos interesan a los runners de asfalto. Una vez tenemos ese test, que bien puede ser una competición, multiplicamos el tiempo logrado en 10 km por 4,66, y tendremos el tiempo probable a lograr en un maratón.

¿Y la marca de “transmisión” del “diez” al medio? Pues la del “diez” multiplicada por 2,22 periodo, y si esta la multiplicamos por 2,1 ya sabemos qué marca podemos lograr en un maratón tras haber corrido un medio maratón.

Si, por el contrario, queréis saber el registro que podéis conseguir en una distancia inferior tomando como referencia el tiempo de una competición sobre una distancia superior, sólo tenéis que dividir, o, lo que es lo mismo, realizar todo este cúmulo de operaciones a la inversa.
E insistimos, aunque son fórmulas bastante testadas y corroboradas, no dejan de ser más que pura teoría. Pero como referencia, son bastante válidas, ¿no creéis?

- Marca de 800 m x 2 = marca de 1.500 m

- Marca de 1.500 m x 3,75 = marca de 5.000 m

- Marca de 5.000 m x 2,078 = marca de 10.000 m

- Marca de 10.000 m x 2,22 periodo = marca de medio maratón

- Marca de 10.000 m x 4,66 periodo = marca de maratón

- Marca de medio maratón x 2,1 = marca de marató

 Runner's World España